Viviendo
según el cartel.
Cuando
me pongo a analizar el texto leído, en primera instancia me detengo
en el escenario en el cual se lleva a cabo la historia, el cual
corresponde a un lugar de comida rápida, donde sus trabajadores
muestran un evidente desgaste y desinterés por realizar sus labores
de manera activa y feliz. Ahora, cuando el cliente entra e irrumpe en
el lugar y nota el cartel que está colgado en una da las vitrinas,
encima de las alitas de pollo, de inmediato se interesa en lo que
dice “La vida es lo que te pasa mientras haces planes para otras
cosas”, y consiguientemente pregunta sobre quien colocó dicho
cartel que estaba escrito a mano y forrado para que el aceite de las
alitas no lo salpique y arruine. Ante dicha pregunta, la cajera,
quien era la persona que lo atendía (al cliente), no sabía que
responder, ya que desconocía quien lo había escrito y sin embargo,
insistía en tomar la orden del cliente, quien a su vez, insistía
con la pregunta e insistía en conocer la identidad de quien tuvo la
iniciativa de colgar el cartel.
El
mensaje del cartel en sí invita a quien lo lee a repensar en cómo
está viviendo o que significa vivir, en si vivir implica disfrutar
el día a día o si la vida comienza cuando se cumplen las metas o
planes a futuro, moviliza al lector a identificar que la vida ya
empezó desde el momento en que comenzamos a respirar, que aun cuando
la planifiquemos, ésta se va construyendo y modificando día a día,
que no es algo que solo se experimentará en el futuro, sino que ya
está sucediendo desde antes. De acuerdo con esto, pienso que el
cliente se interesó en conocer a quien escribió el cartel, puesto
que se deja entre ver que el autor tiene una visión de vida muy
particular, que es alguien que reconoce el carácter diario de ésta
y que posiblemente no sea alguien que deje de disfrutar o se
restrinja al vivir pensando en los planes futuros. Es por ello que
constantemente insiste en conocer quien escribió el cartel, y tal
vez también debe pensar que en el local, nadie parece tener el
perfil de alguien que vive de acuerdo al cartel.
Cuando
logra conocer a la persona que escribió el cartel, de inmediato lo
interroga y le pregunta sobre cómo le surgió la idea de escribir lo
que estaba en el cartel, a lo que Dicky (quien escribió el cartel)
responde tímidamente que luego de tener un sueño sobre un viaje a
Colorado, donde él al llegar a una cabaña imaginaba que un chica lo
estaría esperando, pero eso nunca sucedió y luego despertó
producto del sonido del aceite. Siguieron conversando un rato y
posteriormente el cliente se fue a sentar a una de las mesas del
local, a la cual llego Dicky al rato, para confesarle que en realidad
no había sido el quien inventó la frase, si no el chico que le
hacia los piercing, sin embargo el cliente le respondió que él ya
había encontrado a la persona que lo había escrito, es decir a
Dicky, lo que deja entre ver que más allá de saber quién ideo del
mensaje del cartel, lo que en realidad importaba era lo que se quería
trasmitir, el fin último de este…
Al
finalizar el cliente da a entender que en sí él es un alma libre,
que el cartel refleja mucho en la forma en la que él mismo vive, ya
que expone que no sabe dónde está y no sabe dónde va, pero que eso
en realidad no le importa en absoluto. De ahí tanto interés en
conocer quien escribió la frase que tan bien representa la realidad
que el experimenta día tras día.
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